Archivo | julio, 2013

El fracaso como filosofía de vida

3 Jul

Esto del fracaso se está poniendo de moda ahora que todo el mundo habla del emprendimiento. Vemos comentarios a favor y en contra del fracaso. Frases como «prefiero que fracasen otros antes de fracasar yo» son las que hacen que todo se ponga al rojo vivo. Encima, se hacen alusiones a las heridas del guerrero, que suele ser la frase que utilizamos algunos a la hora de describir lo que significa fracaso. Y como dichas heridas, quiero decir, que si te amputan un brazo, entonces obviamente no vas a ser buen guerrero después. Puesto en plata, lo que quiero decir es que si tu fracaso se debe a que eres un mal fontanero, entonces tienes que buscarte otra forma de vida, porque por más que lo intentes, si la fontanería no se te da bien, poca gente va a querer que le arregles el retrete.

El estereotipo de emprendedor está viciado por el mundo de  Internet. Un emprendedor no es solamente el que consigue levantar 100.000 euros para montar una empresa tecnológica. El emprendedor también es el jubilado que decide abrir un bar con sus ahorros de la pensión para poder darle trabajo a sus hijos que están todos en paro. También es la persona que decide hacerse autónomo para trabajar solo. Emprender significa empezar un negocio, sin importar si es tecnológico o no. Y no es menos emprendedor el que deja su trabajo en una gran empresa por irse a trabajar a una start-up. No nos confundamos, todos son emprendedores, cada uno a su manera.

Aplicando esto ahora al mundo tecnológico, que es el verdadero foco de toda esta polémica, quiero decir algo. NADA en el mundo va a ser como Silicon Valley. Igual que NADA en el mundo va a ser como Hollywood -y no, ni si quiera Bollywood. Porque hay una diferencia fundamental entre Hollywood y Bollywood: las diferencias culturales. Las películas de Bollywood algún día serán hits como las de Hollywood, y serán vistas en cientos de países. Pero entonces, Hollywood ya será otra cosa, porque habrá evolucionado (por ejemplo, al streaming). Silicon Valley tiene el mismo problema. Es único, y en consecuencia, nada va a poder replicarlo. Así que no esperemos a tener un montón de Venture Capital tipo Sequoia o Accel basados en Madrid para que inviertan en nuestros proyectos, porque hasta ahora, no ha salido ningún Facebook, Twitter, Dropbox o Google fuera de Estados Unidos que haya hecho que se pueda generar el ecosistema de inversión.

Cada país tiene su cultura, y en consecuencia, sus inversores actuarán diferente. Tratarán de parecerse a Silicon Valley, porque para todos es un modelo a seguir, pero lo mismo que las películas de Bollywood tratan de replicar las de Hollywood. Porque es un modelo a seguir. No vamos a ver rondas de 50 o 60 millones de euros en tecnológicas españolas con la frecuencia que se ve en Estados Unidos, porque sencillamente, no somos Estados Unidos. Punto! Ni mejor ni peor, simplemente no somos ellos.

Pero esto no significa que no se pueda emprender en tecnología fuera de Silicon Valley. Lo que se necesita para crear un buen producto no está en Silicon Valley solamente. Existen muy buenos ingenieros en España (nosotros en Santa Mónica tenemos ya más de 10 ingenieros españoles de los 26 que forman el equipo de producto), al igual que diseñadores, expertos en usabilidad y sobretodo, dinero. Todos son buenos ingredientes para poder montar algo internacional y bien hecho. Si no, que se lo pregunten a la gente de Buy Vip o Gowex. Es igual de difícil levantar capital en Silicon Valley que en Barcelona o Madrid, y es igual de difícil encontrar buenos ingenieros en Silicon Valley que en Sevilla o Málaga. La probabilidad de encontrar talento es mayor en Silicon Valley por que es la meca, pero sigue siendo igual de difícil convencerlo para que forme parte de tu equipo que al crack de Málaga. Lo hemos vivido varias veces ya!

Otro problema que tenemos es tratar de pensar que los modelos de negocio tecnológicos deberían de ser iguales que cualquier otro negocio. Y no es así. Solamente tenemos que ver la diferencia de márgenes de negocio entre una tecnológica y una empresa de telecomunicaciones (23% contra 8%). Los retornos de inversión en tecnológicas son tremendamente diferentes, tanto en márgenes -de nuevo- como en tiempos con respecto a otros modelos de negocio.

Conclusión

Dejemos de ser «entrepreneurs» y pasemos a ser emprendedores. Dejemos de criticar a los que lo intentan, y pasemos a intentarlo. Y vuelvo a reiterar, he aprendido muchísimo más de mis errores en Pujadirecta.com y Glass que de Tuenti. Y eso es lo que cuenta. Y el que diga que no es así, que se venga a Santa Mónica y me lo explique. O mejor, que nos lo explique a los 4 españoles -y una chilena- que hemos empezado nuestra siguiente start-up fuera de Silicon Valley.